El impacto en México ha sido notable, especialmente en sectores clave como el automotriz y el manufacturero. Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos —que representan una parte significativa del comercio exterior del país— se han visto afectadas por la imposición de aranceles. Esta medida ha provocado una disminución en la demanda de productos nacionales y ha generado un entorno de incertidumbre en el mercado.

Además, los aranceles han incrementado los costos de producción, lo que ha mermado la competitividad de las empresas mexicanas. Como resultado, hemos observado una reducción en la inversión y un freno en el crecimiento económico del país.
En lo que respecta a nuestra industria, las exposiciones y ferias comerciales, los aranceles no han tenido un impacto directo en las operaciones diarias, ya que en su mayoría trabajamos con importaciones y exportaciones temporales que están exentas de impuestos. Sin embargo, y a raíz del debate generado recientemente por la posible aplicación de impuestos a todas las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos, considero que podríamos enfrentar consecuencias indirectas importantes.
Una de las más inmediatas sería la disminución de la participación de expositores mexicanos en eventos realizados en territorio estadounidense. El encarecimiento de nuestros productos nos pondría en desventaja frente a competidores de otros países, lo que podría desincentivar su presencia en ferias internacionales, afectando así la visibilidad y competitividad de nuestras marcas.

Actualmente, México es el principal exportador hacia Estados Unidos, seguido de Canadá. Si bien los consumidores estadounidenses serán los primeros en sentir el impacto de los aumentos de precios, la reacción podría traducirse en una reducción de compras a proveedores mexicanos. Esto, a su vez, desaceleraría la producción nacional y podría derivar en un aumento del desempleo.
En el ámbito de las ferias y exposiciones, creo que el verdadero impacto lo veremos a mediano plazo. Las grandes empresas, al enfrentar un contexto económico más incierto y con menor rentabilidad, podrían optar por reducir sus inversiones en espacios de exhibición, lo que afectaría directamente al ecosistema de eventos.

A pesar de este panorama, México sigue siendo un país con gran potencial de crecimiento. Hoy más que nunca, como industria, debemos mostrar fortaleza, profesionalismo y calidad. Es crucial seguir posicionándonos como un destino confiable para la inversión y el desarrollo.
En resumen, los aranceles representan un desafío considerable para la economía mexicana, impactando a diversos sectores industriales y sembrando incertidumbre. Sin embargo, nuestra respuesta debe ser firme: seguir trabajando con excelencia para mantenernos competitivos ante los ojos del mundo.
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