Valladolid, más que un Pueblo Mágico es un destino que invita a extender la estancia y aprovechar su encanto colonial y actividades únicas Cuando se combina un viaje de negocios con tiempo para disfrutar de un destino, la experiencia adquiere un nuevo significado. Así, los viajes corporativos pueden transformarse en una oportunidad para explorar nuevos lugares, relajarse y conectar con la historia, cultura y gastronomía del lugar visitado.
Experiencias que enamoran en Valladolid
La ciudad, situada estratégicamente entre Mérida y Cancún, deslumbra con su arquitectura histórica. El Convento de San Bernardino de Siena y la Catedral de San Servacio son símbolos de su rica herencia cultural. Al caer la noche, ambos lugares ofrecen espectáculos de video mapping que transportan a los visitantes a épocas pasadas, relatando la historia de los pueblos mayas y la fundación de Valladolid de manera envolvente.
Valladolid también es conocido por su exquisita gastronomía yucateca, con platillos icónicos como los lomitos, la longaniza, y tamales únicos como el dzotobichay o el pibihua. Sumergirse en la cocina local es un deleite que se complementa con talleres gastronómicos, donde los participantes pueden aprender desde la preparación de tortillas hechas a mano hasta la elaboración de guisos tradicionales, utilizando ingredientes frescos de huertos orgánicos.
Un recorrido por los alrededores
Uno de los mayores atractivos de Valladolid son sus impresionantes cenotes, con más de 30 opciones para elegir. Estos cuerpos de agua, formados naturalmente, ofrecen una diversidad de tamaños, tipos y tonalidades en sus aguas, desde los verdes más intensos hasta los azules cristalinos. Además, cada cenote tiene su propio encanto, complementado con una variedad de actividades turísticas como snorkel, rappel, tirolesa y saltos en cuerda estilo Tarzán.
Entre los cenotes más destacados se encuentran el céntrico Cenote Zací, el Cenote X’keken, el luminoso Cenote Samulá, y el majestuoso Cenote Ik Kil, conocido por su entorno selvático. Otros imperdibles son el Cenote Xcanché, cercano a la zona arqueológica de Ek Balam; el Cenote Museo Zazil Tunich, con experiencias culturales; y el Cenote Tsukán, con una atmósfera de tranquilidad. Complejos como Selva Maya, Chichikán, y Cenote Maya Park combinan belleza natural con infraestructura turística, ofreciendo comodidades y actividades adicionales.
Para quienes buscan un viaje al pasado, las zonas arqueológicas de Chichén Itzá y Ek Balam están a corta distancia. Chichén Itzá, con su icónica pirámide de Kukulkán, es una de las nuevas siete maravillas del mundo. Mientras que Ek Balam impresiona con su Acrópolis y sus murales, además de ofrecer experiencias culturales inmersivas en Unajil Ek Balam, donde talleres como el urdido de hamacas o la elaboración de tortillas conectan al visitante con la comunidad local.
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Conectividad y escapadas cercanas
Valladolid cuenta con excelente conectividad, gracias a su proximidad con los aeropuertos de Mérida y Cancún. Esto permite explorar otros destinos, como los Pueblos Mágicos de Espita e Izamal, o disfrutar de actividades acuáticas y paisajes únicos en playas cercanas como Río Lagartos, San Felipe y El Cuyo.
Más que un destino
Convertir un viaje de trabajo en una experiencia enriquecedora es posible en Valladolid. Su mezcla de cultura, naturaleza y gastronomía crea memorias inolvidables para quienes deciden quedarse un día más. Además, su ambiente relajado y la calidez de su gente invitan a volver, ya sea por negocios o placer.
Extender la estancia en este encantador destino, no es solo un capricho, sino una oportunidad para vivir lo mejor de Yucatán. Su rica historia, su gastronomía única y la calidez de su gente hacen que cada visita sea inolvidable. Un destino ideal para combinar trabajo y placer, dejando una huella imborrable en el corazón de sus visitantes.