El viñedo Puente Josefa ha convertido las típicas catas de vinos en un viaje sensorial único, que explora los sentidos desde una perspectiva completamente nueva. Todo comienza al ser recibidos frente a un mural 3D que representa una cava de vino y donde la foto “pal´ face” no puede faltar.

Ya en la zona de recepción resulta muy refrescante probar la primera copa de vino rosado, servido a 12°C. Este espacio al aire libre permite conectar con el torno y conocer la historia de este viñedo asentado en San Miguel de Allende, Guanajuato.
Resulta agradable recorrer el espacio y encontrar diversos mensajes escritos a mano sobre pizarras, cuadros o en tablones, todo es válido para expresar esa frase motivacional o divertida, como la que invita a cuidar el agua tomando vino.

El tour comienza caminando por el viñedo para observar la vegetación de la zona con sus más de 30 especies de cactáceas y suculentas. Y en tu próxima visita con suerte te topes también con la fauna silvestre: correcaminos, liebres, zorros y más.
El recorrido invita a adentrarte entre las parras para tocar las hojas y conocer algunos detalles de la cosecha de cinco variedades de uvas provenientes de Napa Valley, que han sido preservadas con grandes cuidados.

La experiencia incluye, además, un paseo por el “carrito”, jalado por un tractor modificado y que es una mezcla entre los juguetes de madera mexicanos y el peculiar bus-escalera, también conocido como chiva colombiana.
Cabe mencionar que este tractor fue un regalo de Josefa Jonguitud para su esposo Douglas Henning, dueños del viñedo, y es él quien normalmente maneja el carrito con los turistas a bordo a quienes pasea entre sus 3.5 hectáreas de viñedo.

A las afueras de la cava se realiza una meditación, derivada de una maestría en Inteligencia Emocional que tomó Josefa, y que decidió incorporar como parte de los tours. La experiencia sensorial incluye una meditación guiada que tiene como objetivo que la gente vuelva a conectar con sus sentidos.
Con los ojos cubiertos inicia la Caminata de la Confianza por un túnel flanqueado por barricas que lleva hasta el centro de la cava. Con ayuda el staff de Puente Josefa, el grupo se acomoda en torno a la mesa rectangular y empieza a reconocer los elementos de la cata, partiendo por el sentido del tacto, el olfato y, al final, el gusto.

Las tablas de quesos y carnes frías contienen productos que los dueños del viñedo suelen consumir de la misma región, el pan es del día y los quesos son seleccionados para que mariden con los vinos de la casa. Incluyen también las aceitunas creadas con los olivos del viñedo, que son preparadas por el mismo Douglas con una receta especial.

La Experiencia Sensorial dura aproximadamente dos horas, pues incluye dinámicas lúdicas para empapar a los visitantes del conocimiento del vino, en donde normalmente se trata de deshacer mitos y aportar datos curiosos.
Reservaciones vía WhatsApp: 415 151 4798
Instagram: Puente Josefa vino
Facebook: Vinedo Puente Josefa
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