Multifacético, así podemos definir a San Miguel de Allende, Guanajuato, una pequeña ciudad con alma de pueblito colorido, apacible, lleno de magia y folclore mexicano; al mismo tiempo artístico, glamoroso y sofisticado, el cual ahora nos muestra su lado aventurero para conectar con su entorno natural, y para los organizadores de eventos representa una oportunidad para incluir actividades en la naturaleza, ya sea como rompehielos, networking o post evento de su programa MICE.
Conecta con la naturaleza de forma audaz
Lo mejor es que esta aventura la realizaremos con la guía y el cuidado del staff de Parque de Aventura San Miguel, empresa certificada en actividades de ecoturismo y aventura, que nos transporta a la parte más alta de San Miguel de Allende, ubicada en la cordillera volcánica los Picachos, donde los nervios entre los miembros del grupo se hacen presentes al ver la inmensidad de la montaña que cruzaremos en el circuito de tirolesas de diferentes distancias y alturas.

Al filo del peñasco la vista se posa al otro lado de la montaña que conforma el paisaje de tonos ocre, salpicado de verde por la vegetación silvestre. Uno a uno, los miembros del grupo recorremos la línea y el zumbido de la polea sobre el cable es como una melodía metálica que acompaña nuestro vuelo.
El vértigo no siempre nos permite ver hacia abajo por estar suspendidos a más de 150 metros de altura, pero la postal se asemeja a un mapa antiguo por las veredas serpenteantes que se dibujan en la serranía, lo que nos hace consciente del esplendor de este rincón de Guanajuato.

Al acercarnos al otro lado, la tierra seca y cuarteada nos recibe al igual que un abrazo y, aún con la emoción de haber conquistado esta proeza, los miembros del grupo se preguntan unos a otros sobre la experiencia.
Cada cruce, por las tirolesas es una hazaña para quienes las alturas suponen un reto, el cual se hace mucho más confiable gracias al cuidado y entusiasmo del staff de Parque de Aventura San Miguel, quienes entre indicaciones de seguridad y diversas bromas permanecen atentos de cada visitante e incluso acompañan en el aire a los más nerviosos del grupo.

La travesía por los aires no está completa hasta enfrentarnos al impresionante puente colgante de 120 metros de largo, suspendido a una altura de 60 metros, donde la vista del también llamado cañón del Águila Cola Roja se mezcla con el viento y la adrenalina de los temerosos por el bamboleo del puente.
El circuito completo se conforma por siete tirolesas y el puente colgante, mientras que el medio circuito es de tres tirolesas y el puente.
Del vertigo a la velocidad
Una vez que nos despojamos del arnés de la tirolesa a la que momentos atrás “encomendamos” nuestra vida, la travesía continúa a bordo de cuatrimotos, también llamadas ATV (por sus siglas en inglés) en las que nos preparamos para explorar sobre ruedas esta hermosa ciudad colonial, reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Pero antes de describir este tour por las calles empedradas de San Miguel de Allende hagamos una pausa para mencionar un detalle importante, y es que el staff de Parque de Aventura San Miguel pregunta por las condiciones físicas de cada participante y si alguien menciona algún malestar óseo o muscular el staff hace su magia para brindarle a esa persona cuidado especial. Entonces este recorrido motorizado se realiza en un jeep tripulado por un guía para minimizar el impacto y que nadie se quede sin disfrutar del viaje.

Y a medida que el grupo avanza en fila india y se aleja de la montaña nos adentramos en las angostas calles. Al doblar cada esquina, aparecen fachadas pintadas en tonos cálidos: rojos quemados, ocres, amarillos brillantes y naranjas que parecen intensificarse bajo la luz del sol.
Estas paredes, decoradas con ventanas enrejadas y balcones colmados de bugambilias y geranios son testigos de la vida cotidiana y celebraciones de una ciudad que no ha perdido su esencia. Mientras avanzamos, el aire fresco nos acaricia el rostro y trae consigo el aroma de las flores colgantes que adornan los muros, regalándonos una experiencia multisensorial.

Al detenernos en algún punto estratégico, apreciamos el horizonte de tejados rojos y campanarios que delinean la ciudad. La icónica Parroquia de San Miguel Arcángel, con su impresionante arquitectura neogótica se alza majestuosa y es el momento perfecto para tomar la foto del recuerdo.
Toma nota: puedes elegir entre el tour guiado de dos horas o bien, el de 3 horas. También pueden viajar de una a dos personas por vehículo.
Quédate un día más
Si eres aventurero de corazón San Miguel de Allende te invita a alargar tu estancia para conectar con el destino, pero ahora a caballo, en bicicleta de montaña o realizando senderismo al lado de guías certificados, y pernoctar en el campamento del parque frente a una fogata bajo el cielo estrellado. Al despertar prepárate para la mayor aventura: volar en globo aerostático, hasta 1,500 metros de altura si el clima lo permite. Finaliza tu hazaña con un desayuno americano y un brindis, cortesía de Parque de Aventura San Miguel.