Nadie hubiera imaginado el impacto que tendría la película estadounidense Spectre, sobre el turismo de México. Y es que más allá de la entrega de otra aventura del 007 mejor conocido como James Bond, el filme en tan solo unos minutos proyectó la esencia de este país bajo la tradición del Día de Muertos.
Los mexicanos que vimos la película seguramente coincidimos en cuestionarnos: ¿Y por qué nosotros no hemos hecho eso? Ello, tras ver la escena de un festival de calaveras que se celebra en la Ciudad de México mientras se lleva a acabo una persecución entre el protagonista y un grupo antagónico del filme.
Para fortuna de México, esa visión de proyección cultural, social, económica, mediática y de turismo que se mostró en la película no tardó mucho en consolidarse. Ya que al año siguiente del estreno de Spectre, en 2016 nació la nueva “tradición” de hacer el Desfile del Día Muertos para potenciar a la nación azteca ante los ojos del mundo.
La retadora encomienda por parte gobierno mexicano fue dado a Vuela, una empresa encabezada por Alejandra González quien además de tener experiencia en el baile y en distintas artes, también ha sido la responsable de la inauguración de eventos deportivos de talla nacional e internacional.

Y aunque parecía inverosímil tratar de plasmar una tradición milenaria a un evento de esa magnitud y de talla mundial, lo cierto es que Vuela aceptó el desafío y celebró no solo el primer desfile del Día de Muertos en 2016, sino que su tarea se prolongó hasta las ediciones de 2017, 2018 y 2019.
Alejandra González, quien dio cátedra de cómo ella, junto con su equipo lograron lo impensable durante una entrevista/conferencia que dio a de Meetings Nation, narró su experiencia como parte de este proyecto.
Crecimiento exponencial
En la primera edición, el equipo de producción de Spectre, dijo Alejandra donó props, vestuario y materiales para consolidar el desfile, elementos que aunados a una ardua tarea de planeación, logística, relaciones públicas, creatividad y trabajo en conjunto entre los sectores público y privado lograron consolidar el ambicioso proyecto.
El alcance que tuvo el desfile de 2016 se tradujo en: la congregación de 600,000 asistentes, así como en una ocupación hotelera de 164,250 personas de las cuales 132,135 fueron nacionales y 32,115 fueron internacionales. Asimismo detalló que la derrama económica fue de 963 millones de pesos, mientras que mediáticamente se obtuvieron 400 de impactos y se contó con la participación de 1,200 voluntarios.
Tras el éxito alcanzado las siguientes ediciones continuaron superando las cifras pues la asistencia en 2017 llegó al millón de personas, la ocupación hotelera para la Ciudad de México fue del 85%, contó con un voluntariado que sumó las 1,500 personas y se publicaron 20,018 artículos. De hecho el New York Times tuvo en su portada una foto del desfile.

Para 2018 la asistencia creció a 2 millones y se transmitió por primera vez en la televisión. El impacto mediático fue tal, que según palabras de la propia Alejandra, México se convirtió en un world destination, a tal grado que se le solicitó al equipo de Vuela a dar un tour por distintas partes del mundo incluido Rusia, país sede del Mundial de Futbol de ese año.
Y fue justamente en Rusia donde incluso las autoridades de esa nación le solicitaron a Vuela “bajarle tres rayitas a su relajo” porque la misma comunidad rusa en la euforia, participó activamente en las presentaciones que se desarrollaron en el destino tras vestirse y maquillarse como calaveras a pesar que no eran parte del equipo de producción.

Ya para 2019 las cifras de asistente creció hasta los 3.5 millones de personas y ya para ese entonces el Desfile del Día de Muertos se había convertido en el evento de mayor retorno de inversión de la marca México.
Lo más importante: la gente
El expertise olímpico de Vuela los llevó a concretar este gran proyecto pues sabían de antemano cómo tenía que presentar y desarrollar el desfile en donde más allá de la parte creativa y la logística, el elemento humano fue y es, al parecer de Alejandra, el alma del evento.
Muchas gente ha querido participar en este performance, incluso tres de los directores más importantes de las inauguraciones de los Juegos Olímpicos, quienes han colaborado, literalmente, empujando calaveras durante el desfile.
La magia que se ha proyectado en cada una de las ediciones que Vuela ha tenido la oportunidad de laborar contagió a chicos y grandes, y ha sido la misma gente del público quien ha logrado que el desfile denote la identidad y tradiciones de todo un país.

“El evento se volvió de la gente y la tradición la hicieron suya”. Dijo Alejandra, quien con mucho entusiasmo y pasión por lo que hace nos enseñó que aunque existan buenas prácticas de cómo comercializar, hacer y/o gestionar un evento, la gente es la esencia misma de un encuentro y si lo hace suyo, entonces el éxito está garantizado.
Tmabién lee: Tianguis Turístico, el renacer del turismo