Por José Bisteni, Director de Operaciones de B.P. Servimed
Cómo anticipar lo impredecible y sobrevivir en el intento
Organizar un congreso es, en muchos sentidos, un acto de fe. El Profesional en la Organización de Congresos (PCO, por sus siglas en inglés) debe navegar una ruta incierta, tomando decisiones estratégicas basadas en datos incompletos, tendencias fluctuantes y variables tan impredecibles como el clima, los vuelos o las pandemias. Uno de los mayores retos: planear con precisión un evento cuyo éxito financiero depende de un número de asistentes que, al inicio del proceso, es pura especulación.
¿Es adivino el PCO? No. ¿Debería actuar como si tuviera una bola de cristal? Absolutamente.
El delicado arte de anticipar la asistencia

Todo congreso empieza con una gran incógnita: ¿Cuánta gente va a venir? Esta pregunta, simple en apariencia, tiene implicaciones profundas. De la estimación de asistencia se desprenden decisiones clave: el tamaño del recinto, la producción audiovisual, la cantidad de alimentos, el número de kits, el tiraje de los programas impresos, la contratación de transporte, los costos de staff y, por supuesto, la estructura financiera completa del evento.
Los comités científicos y académicos, con frecuencia enfocados en el contenido, suelen suponer que “vendrán muchos”, pero el PCO experimentado sabe que esto no basta. Anticipar con realismo —y con márgenes de seguridad— es fundamental para construir un presupuesto que no ponga en riesgo el evento.
Presupuestos con visión de rayos X

Al diseñar el presupuesto, el PCO debe contemplar dos escenarios: el ideal y el conservador. En el primero, el evento tiene una asistencia óptima, los patrocinios fluyen, y los ingresos cubren cómodamente los gastos, con un margen saludable. En el segundo, el más importante, se debe calcular cuál es el punto de equilibrio: esa cantidad mínima de ingresos que permite cubrir todos los gastos, sin ganancias pero sin pérdidas.
Aquí entra en juego una regla de oro: el punto de equilibrio debe ser lo más bajo posible. Esto implica contener los costos fijos, negociar tarifas escalables con proveedores, y evitar compromisos financieros que no puedan ajustarse si la realidad no coincide con las expectativas.
El verdadero éxito financiero de un congreso no está en el número de asistentes, sino en la capacidad del organizador de hacer que el evento sea viable incluso con una audiencia menor a la esperada.
¿Y si nadie se inscribe?

Esta es una pregunta que todo PCO se ha hecho en voz baja. Aunque poco probable en congresos consolidados, siempre existe la posibilidad de que una combinación de factores (fechas, ubicación, contexto económico, clima político, problemas logísticos) afecte la asistencia.
Por eso, el organizador debe contemplar medidas preventivas, como:
- Fechas de corte realistas: Que permitan identificar a tiempo si las inscripciones van por buen camino.
- Contratos con cláusulas de cancelación o ajuste: Especialmente en montajes, catering y renta de espacios.
- Planes de reducción de escala: Tener preparados escenarios de reducción de costos que puedan activarse si la asistencia no alcanza ciertos niveles.
En la práctica, esto significa que el congreso no puede depender de que todo salga perfecto para ser viable. Tiene que estar preparado para adaptarse.
La trampa del optimismo

Los comités organizadores suelen ser optimistas por naturaleza. Y está bien: el entusiasmo es vital para impulsar el proyecto. Pero el PCO tiene que ser el contrapeso, el guardián de la realidad. Su rol es aterrizar las expectativas, cuestionar los supuestos y construir escenarios sólidos.
Una de las trampas más comunes es basar las proyecciones en ediciones anteriores sin considerar cambios clave como:
- Cambio de sede
- Aumento de tarifas
- Crisis económica
- Competencia de otros eventos
- Cambio generacional en los participantes
El organizador debe preguntarse: ¿Qué ha cambiado desde el último evento? ¿Qué podría hacer que la asistencia sea menor?
La danza de ingresos y egresos

Anticipar ingresos es una ciencia blanda. Hay fuentes relativamente seguras (patrocinios confirmados, apoyos institucionales) y otras más inciertas (cuotas de inscripción, venta de stands, registro en sitio). Por ello, es recomendable:
- Diversificar las fuentes de ingreso: No depender solo de inscripciones. Los patrocinios, las alianzas y los apoyos institucionales son clave.
- Vincular gastos a ingresos variables: Por ejemplo, contratar coffee breaks por número de asistentes confirmados, no por estimados.
- Evitar costos rígidos: Lo que no se pueda ajustar, debe negociarse con mucho cuidado.
La clave está en estructurar un flujo de caja que sea flexible, monitoreable y que permita ajustes conforme evoluciona la campaña de promoción y registro.
Inteligencia emocional y gestión de expectativas
Además de habilidades técnicas y financieras, el PCO necesita inteligencia emocional. Esto incluye la capacidad de:
- Comunicar malas noticias con claridad y soluciones.
- Manejar la ansiedad de los comités cuando los números no van como esperaban.
- Negociar con proveedores sin comprometer la relación, incluso si hay que reducir contratos o posponer pagos.
- Mantener la calma bajo presión.
El PCO no puede prometer certezas, pero sí puede construir confianza basada en preparación, datos y experiencia.
¿Y la famosa bola de cristal?

Si bien nadie puede predecir el futuro, el organizador profesional puede desarrollar una especie de “sexto sentido” basado en la experiencia acumulada. Esta intuición, alimentada por datos y análisis realistas, se convierte en la bola de cristal del PCO.
Herramientas como encuestas de intención de participación, análisis de comportamiento histórico, monitoreo de tráfico en redes y plataformas de registro, son grandes aliados para afinar la puntería.
Pero sobre todo, la clave está en estar preparados para lo impredecible.
Anticipar es sobrevivir
En Conclusión, en un entorno cada vez más cambiante y competitivo, organizar un congreso no es tarea sencilla. Pero con estrategia, humildad ante la incertidumbre y una sólida planificación financiera, el PCO puede convertir lo impredecible en manejable.
La verdadera “bola de cristal” no es un artefacto mágico, sino la suma de experiencia, análisis, previsión y, sobre todo, capacidad de adaptación. Porque al final del día, no se trata de adivinar el futuro, sino de estar preparado para cualquier versión de él.
José Bisteni Fernández
Mercadólogo egresado del Tecnológico de Monterrey, José Bisteni cuenta con una sólida trayectoria en la Industria de Reuniones, donde se ha capacitado en foros internacionales como ICCA, IAPCO, MPI, IMEX y EIBTM. Actualmente es Director de Operaciones de B.P. Servimed, empresa pionera en la organización de congresos y convenciones en México desde 1991. Es miembro de IAPCO y ex presidente de PCO Meetings México. Ha sido ponente y panelista en diversos espacios especializados del sector en México y Latinoamérica.
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