La neurodivergencia —que incluye condiciones como el TDAH, la dislexia o el trastorno bipolar— está finalmente obteniendo la atención que merece en la Industria de Reuniones. Así, con un 20-40% de la población identificándose como neurodivergente, la industria de reuniones y sus clientes están entendiendo que un evento inclusivo no es solo algo «agradable«, sino una necesidad real.

¿Sabías que el 85% de las personas con alguna condición de salud mental o neurodivergencia han evitado eventos por miedo a sentirse abrumadas? Este dato es una llamada de atención para toda la industria.
Cómo abordar la sobrecarga sensorial
Los organizadores están aprendiendo a minimizar los cinco principales desencadenantes de estrés sensorial en eventos:
• Multitudes: Espacios más abiertos, zonas de baja densidad y flujos de asistentes controlados.
• Ruido: Áreas silenciosas o con auriculares de cancelación de ruido disponibles.
• Navegación: Señalización clara y guías amigables.
• Descansos: Tiempo suficiente entre sesiones para recargar energías.
• Luminocidad: Iluminación ajustable para evitar el impacto de luces brillantes o parpadeantes.
Además, aunque solo el 15% de los asistentes se siente cómodo pidiendo apoyo, es crucial que el personal esté capacitado para ofrecer ayuda discreta y efectiva cuando sea necesario.

El futuro de los eventos: cuidado, conexión y comunidad
La salud emocional y el mindfulness no son solo tendencias pasajeras; son un cambio fundamental en cómo pensamos y organizamos los eventos. En 2025, no se tratará solo de qué tan bien diseñado está un programa o qué tan innovadora es la tecnología usada, sino de cómo un evento puede hacer que las personas se sientan: relajadas, valoradas y conectadas.
Así que, organizadores, es momento de reinventar la experiencia. Porque un evento que cuida de las emociones y la mente es un evento que deja huella.
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