Unas ricas enchiladas, un condimentado pozole, las tradicionales tlayudas, las tortas ahogadas, los emblemáticos romeritos e incluso el picoso mole son tan solo algunos ejemplos de la gran variedad de platillos que forman parte de la gastronomía mexicana; éstos con tan solo nombrarlos nos hacen agua la boca y de hecho nos incita a devorarlos.
Sus sabores han cautivado a los paladares nacionales, pero también los extranjeros, a tal grado que la cocina mexicana es considerada patrimonio mundial inmaterial por parte de UNESCO; pero, además se ha convertido en un factor determinante para que los viajeros consideren visitar nuestro país.

Este hecho no debería sorprender porque a nivel mundial la gastronomía funge un papel tan importante como la cultura y los atractivos naturales de cada país, ocupando la tercera posición en los motivos de viaje de un turista.
En ese sentido, estimaciones de la Secretaría de Turismo de México señalan que 27% de los visitantes estadounidenses, así como el 44% de los canadienses deciden venir a México para poder disfrutar de su arte culinario; situación que es muy relevante si consideramos que los dos mercados son los principales emisores de viajeros extranjeros al país azteca. Mientras que 17% de los turistas oriundos apuestan por viajar para degustar algún platillo dentro del territorio nacional.
Desde esa perspectiva, no es coincidencia que actualmente se tengan registrados más de medio millón de establecimientos para consumos de alimentos en México, de los cuales más de 4,200 cuentan con certificaciones que avalan sus servicio y calidad. De hecho, tan solo en capital del país existen varios corredores gastronómicos en los principales puntos turísticos de la ciudad en los que se hace gala del sabor nacional e internacional. ¡Yumi!
La importancia de este sector por otro lado, no solo traduce en una mayor participación turística, sino que también la industria culinaria en México constituye un ingreso de casi 200 mil millones de pesos al año, situación que también se ve reflejada en la generación de empleos los cuales suman entre directos en indirectos los 5.5 millones.
Su trascendencia, se evidencia también en la enorme apuesta que tiene este sector por hacer eventos (más de 1,060 en 2016) para incentivar esta actividad económica a través de capacitación, educación, comercio y generación negocios; tan solo basta mencionar las grandes exhibiciones que anualmente se celebran para reunir a profesionales y proveedores de México y otras partes del mundo: Abastur con 20 mil visitantes y 43,000 m2 de pisco de exhibición, o Expo Alimentaria con 45 mil visitantes y 55,000 m2.
La cocina, entonces, no solo es un emblema y un distintivo de las culturas, sino también un incentivo para decidir viajar y contribuir al crecimiento las economías de los países; de hecho la OMT (Organización Mundial de Turismo) estima que la gastronomía de un destino representa casi un tercio del gasto de los turistas internacionales.
México actualmente ocupa el duodécimo lugar en producción de alimentos, ello aunado a su ubicación como el octavo país más visitado del mundo, coloca a la nación azteca en un escenario privilegiado, ya que de incentivar más los paladares se contribuirá al crecimiento de los turistas internacionales, los cuales hasta el primer semestre de 2017 significaron 19. 2 millones de visitas extranjeras y una derrama de más de 11 mil millones de dólares.
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