Ha iniciado la 30º edición de los Juegos Olímpicos, convirtiendo así a Francia como la capital del deporte mundial por tercera ocasión, siendo anfitriona en 1900, 1924 y 2024, así con 32 disciplinas, deportistas de más de más de 200 países y 329 medallas en disputa, la capital francesa será el punto neurálgico presencial y mediático a nivel global.
¿Pero qué de bueno tendrá esta concentración de atención turística, deportiva y cultural? Partamos del hecho de que este evento tendrá un desembolso para las arcas públicas galas, de 5,000 Md€, de los cuales 4,400 euros será de operación, por lo que el presupuesto total para ellos junto a la IP serán de 8,000 Md€. De los que buena parte de ellos se han ido en la renovación de las 35 sedes deportivas, mejora de transporte público, hospedaje y villa olímpica con 600,000 platos de comida para los 10,500 atletas y entrenadores, 20,000 periodistas acreditados y 45,000 voluntarios.
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Y aunque muchos parisinos no están muy contentos en su ciudad acoja los Juegos Olímpicos, aunque el presidente Emmanuel Macron ha comentado que este se convertirá en una «fiesta popular», lo poco popular y accesible para los mismos franceses serán los costos de entradas, pues las más baratas estará en 2.700 €, en lo que será la inauguración, de los deportes de sala, estadio, arenas o complejo deportivo, estos tendrán un costo todavía mayor, lo que representa una buena razón de los franceses para quejarse.
A este respecto, el Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES), que se dio a la tarea de actualizar las cifras en mayo pasado, detalló que de un estudio previo realizado en 2016, antes de la designación de Francia como país anfitrión, revisó al alza sus previsiones de ingresos económicos, que iba de los 5,300 a los 10,700 Md€. Y aunque el retorno de inversión se ve complejo en los próximos años, los autores y especialistas del estudio han instado a las autoridades a manejar con cautela la interpretación de los resultados. Ya que una mide el incremento de la actividad económica y la otra la rentabilidad de los Juegos, misma que tendría que ser evaluada en otro estudio.
Y aunque los Juegos Olímpicos y Paralímpicos deberían generar un impacto económico estimado de entre 6,700 y 11,100 Md€ para París y su región, según un estudio encargado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y el comité organizador de París 2024. Los especialistas del CDES no están muy seguros de ello, ya que el escenario base como ellos le llaman, prevé un impacto de 6,707 millones entre 2018 y 2034, repartidos en tres grandes apartados: la organización (3,200 millones), la construcción (2,100 millones) y el turismo (1,400 millones).
Algo de lo que el despacho francés Asterès , estimó que para febrero de 2025 conllevaría un alza de los ingresos fiscales y sociales de 5,300 Md€, por lo que el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, ha considerado que para marzo, el eventual beneficio de los Juegos sería más «psicológico» que económico.
Aprender del pasado
Según especialistas, comunicadores y políticos que han analizado el retorno de inversión de los juegos en el pasado estos han sido un pozo financiero han argumentado, «Esto se debe a que muchos anfitriones acaban gastando mucho dinero en infraestructuras especializadas que tienen una utilidad limitada después del acontecimiento«, ha expuesto profesor de Geografía y Sostenibilidad en la Universidad de Lausana, Martin Müller.
A lo que agrega: “el mantenimiento de las infraestructuras de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 han supuesto una carga de más de 1.000 millones de dólares (920 millones de euros) al año desde entonces”, denominándolo «la subestimación de los costes y exageración de los beneficios», ya que hace que las ciudades anfitrionas de los juegos de invierno o verano rara vez alcancen el punto de equilibrio, afirmó.
A lo que tendríamos que sumar finalmente el que cada vez albergar los juegos olímpicos será un como sacarse la rifa del tigre, ya que el excesivo costo de organización de los Juegos Olímpicos limita e impide el que ciudades puedan presentar su candidatura, teniendo en cuenta que incluso, la misma candidatura resulta carísima.
Sobre ello, James McBride y Melissa Manno, del Council on Foreign Relations (CFR), han expresado: «Tokio gastó 150 millones de dólares en su fallida candidatura de 2016, y aproximadamente la mitad para la obtención de su exitosa candidatura de 2020. Algo que Toronto por obvias razones decidió que no podía gastar, ya que necesitaría “invertir” 60 millones de dólares que habría necesitado para la candidatura de 2024«, añadieron.
A lo que se suma la ventajosa posición del COI, quien se encarga de elegir las ciudades candidatas e imponer condiciones sobre infraestructuras y venta de localidades está obligado a respetar y pagar, compartiendo poco o nada de los riesgos financieros de estas ciudades.
Localmente el aumento temporal del precio del metro a 4 euros para hacer frente a la afluencia de turistas y el cual cuesta normalmente 2.15 euros será otra raya más al tigre, de la que se recomienda a la región parisina, los trabajadores labores mejor desde casa, durante los Juegos Olímpicos. En tanto, otros muchos más tienen la intención de utilizar algunas de sus cinco semanas de vacaciones pagadas para abandonar París entre julio y agosto. Desafortunadamente para quienes no puedan acceder a esa posibilidad durante las dos semanas de Juegos Olímpicos, así como para los juegos Paralímpicos, esta podría ser también una pesadilla olímpica.
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