El mayor problema no es solo el alto consumo de agua de los hoteles, sino también la energía que se usa para calentarla. Aprovechando la energía solar, los hoteles pueden asegurar ahorros significativos, reducir su huella de carbono y ofrecer una experiencia más ecológica a sus huéspedes
Por Marisol Oropeza, fundadora de Heat Changers
El agua caliente en hoteles: un gasto energético ignorado
El consumo de agua caliente en los hoteles es enorme. Desde las duchas y jacuzzis en las habitaciones hasta las piscinas, spas, cocinas y lavanderías, calentar agua representa uno de los mayores gastos energéticos y suele depender de combustibles fósiles caros y contaminantes. Esto aumenta los gastos operativos y contribuye al cambio climático.
En términos de temperatura, los requerimientos de agua caliente en un hotel varían según su uso específico:
- Se necesitan entre 40 y 60°C para garantizar una higiene adecuada en baños, duchas, jacuzzis y lavabos de las habitaciones, así como para procesos de limpieza en cocinas y lavandería.
- Para desinfectar eficazmente sábanas, toallas y textiles en la lavandería, el agua debe alcanzar mínimo 60°C.
- Las piscinas suelen mantenerse entre 24 y 30°C, dependiendo del clima y el confort deseado. En hoteles de lujo o wellness resorts, los jacuzzis y tinas de hidromasaje requieren temperaturas más altas, generalmente entre 35 y 40°C.
En muchas partes del mundo, la calefación de las habitaciones funciona con agua caliente. Los sistemas de calefacción por suelo radiante operan con temperaturas entre 40 y 50°C, los radiadores tradicionales pueden requerir hasta 80-90°C para proporcionar calefacción eficiente en climas fríos
El consumo de energía asociado con el calentamiento el agua varía según la categoría y ubicación del hotel. Según la Guía de Eficiencia Energética en Hoteles, publicada por la Secretaría de Medio Ambiente de México:
- En hoteles de 5 estrellas en playa, el calentamiento de agua representa el 26% del consumo total de energía.
- En hoteles de 3 estrellas en ciudad, este porcentaje puede llegar hasta 42%, convirtiéndose en el gasto energético más alto.
Tradicionalmente el calentamiento de agua funciona con base en sistemas que utilizan gas LP, gas natural o diésel como fuentes de energía, lo que implica altos costos operativos, emisiones de CO₂ y dependencia de la volatilidad del precio de los combustibles.