En plena era de la hiperconectividad y las redes sociales, todo apunta a que la Generación Z, las personas nacidas entre 1996 y 2010, debería estar lista para participar en encuentros profesionales y académicos. Y el interés existe. Según el informe 2025 Gen Z Report de Freeman, el 91% de esta generación considera que los eventos presenciales son una de las mejores formas para desarrollar habilidades sociales. Además, el 95% reconoce que construir conexiones personales es clave para avanzar en su carrera profesional.
Entonces, si hay interés, ¿por qué no están asistiendo?
Una desconexión de origen reciente
Muchos jóvenes dieron sus primeros pasos en el mundo laboral en plena pandemia o justo después de ella. Para muchos, esto significó trabajar desde una pantalla, sin el contacto directo que solía formar parte del día a día. Aunque crecieron rodeados de tecnología, eso no ha reemplazado su necesidad de conexión auténtica.
Zaakirah Fofana, coordinadora de cuentas en mdg, lo expresa con claridad: “Queremos dar la mano, mirar a los ojos y tener conversaciones reales, no solo intercambiar contactos de LinkedIn”.
Sentido de pertenencia desde el primer momento
Según Ritu Bhasin, experta en liderazgo e inclusión, este concepto de pertenencia es clave para generar una conexión genuina entre los participantes. Pero, ¿cómo lograr que todas y todos se sientan incluidos desde el primer momento? A continuación, algunas estrategias clave para poner a la Generación Z en el centro de los próximos encuentros, basadas en investigaciones de PCMA, Freeman y The Harris Poll.
Inclusión auténtica
Para la Generación Z, la diversidad, la inclusión y la representatividad no son un extra, son esenciales. Se trata de una generación más diversa que las anteriores, y quiere ver eso reflejado en los contenidos, las voces que suben al escenario y la experiencia completa del evento. No basta con decir que se apuesta por la inclusión, hay que demostrarlo. Revisar la agenda, sumar perfiles distintos y comunicarlo con claridad son pasos clave para generar confianza.
Personalización significativa
Gen Z rechaza el enfoque generalista. Desea experiencias adaptadas a sus intereses, necesidades y aspiraciones. Esto implica personalizar no solo la comunicación previa, sino también la experiencia en el sitio. Sugerencias dinámicas, networking guiado y recomendaciones en tiempo real son elementos clave para lograr una experiencia memorable.
Eventos con propósito
Para esta generación, asistir a un evento solo tiene sentido si se alinea con sus valores y tiene un impacto tangible. La sostenibilidad, el compromiso social y la transparencia no son opcionales. Incluir acciones con impacto comunitario o causas sociales puede marcar la diferencia. Desde apoyar a proveedores locales hasta realizar actividades con impacto educativo o cultural, todo suma.
Acceso como factor decisivo
Uno de los mayores obstáculos es el económico. El costo de registro, viajes y hospedaje suele quedar fuera del alcance de estudiantes o recién egresados. Algunas organizaciones ya están reaccionando: eventos como GSX de ASIS International ofrecen entradas gratuitas para estudiantes miembros, mientras que otros como Advertising Week crean pases con descuento para menores de 30 años.
Ofrecer precios especiales, programas de patrocinio o cartas personalizadas para “convencer al jefe” son recursos eficaces para abrir la puerta a nuevos públicos.
Bleisure y valor agregado
Según datos de la Global Business Travel Association, el 83% de los viajeros de negocios Gen Z combinan sus viajes laborales con actividades de ocio. Esta tendencia, conocida como bleisure, responde a su búsqueda de equilibrio, crecimiento personal y conexión con el entorno.
Incorporar actividades culturales, proponer extensiones turísticas o elegir sedes con identidad local puede hacer que un evento sea mucho más atractivo para esta generación.
Nuevos formatos, nuevas experiencias
A pesar de que más de la mitad de Gen Z prefiere experiencias interactivas, el 65% de los eventos aún utilizan modelos tradicionales de formación tipo aula. Esta desconexión de formatos es una oportunidad para innovar y renovar la propuesta de valor.
Además, esta generación espera que los eventos sean visuales, compartibles y atractivos estéticamente. Esto implica cuidar los espacios, apostar por escenografías creativas, generar momentos fotogénicos y reforzar la presencia digital.
Un cambio de mentalidad desde la organización
Según el informe más reciente de Freeman, solo el 27% de los organizadores se están atreviendo a hacer cambios reales. Son los llamados “Innovadores”: personas que piensan en quienes aún no asisten, no solo en los que ya fueron.
Ken Holsinger, vicepresidente senior de estrategia en Freeman, lo resume así: si solo escuchas a quienes ya asistieron, te quedas atrapado en un círculo. Lo importante es mirar hacia afuera y preguntarse: ¿quién no vino y por qué?
La Generación Z ya está marcando la pauta en el mundo laboral, y con ella, el futuro de los eventos. Escuchar sus necesidades, entender sus valores y diseñar propuestas que se adapten a su realidad no es una opción, es una estrategia para la sostenibilidad del sector.
Una oportunidad que no se puede dejar pasar
Atraer a la Generación Z requiere ir más allá de lo obvio. Significa replantear formatos, mensajes y accesibilidad con una visión más empática, creativa y auténtica.
El reto está sobre la mesa. Quienes logren conectar con esta generación no solo ampliarán su audiencia, también estarán construyendo las bases del futuro de la industria.