Los principales acuerdos de negocio están bajo amenaza o se están reescribiendo, a medida que los integrantes de los diferentes bloques comerciales compiten por un nuevo orden global. La primera arremetida parece ser una inminente guerra comercial entre China y Estados Unidos, y con esta eventualidad, algunas de las terribles predicciones sobre las relaciones comerciales mundiales parecen estar sucediendo. ¿Cómo afecta tal situación a quienes estamos en el negocio de la organización de eventos corporativos, de exposiciones y de conferencias internacionales?
Nuestros prospectos de negocio están invariablemente ligados al estado de la economía. Durante la crisis financiera mundial de 2008-2009, por ejemplo, los negocios corporativos en muchas partes del mundo tuvieron un declive significativo, aunque muchos argumentarían que eso se debió tanto a la preocupación sobre las apariencias como a cualquier recorte real en sus finanzas. Aun así, los negocios prósperos tienden a ser más propensos a invertir en eventos que aquellos que vislumbran un futuro incierto.
¿Por qué deberíamos tener más confianza esta vez?
Sugiero que al menos existen tres razones:
De inicio, a pesar de toda la agitación política, la economía mundial parece avanzar bien en la mayor parte del mundo. La inversión es fuerte, el desempleo es bajo y los prospectos de negocio parecen estar en sus más altos niveles en muchos años. Hay una verdadera sensación de momentum que hará que algunos negocios sucumban en la incertidumbre y se descarrilen, y más allá de una gran cantidad de posturas, no parece haber tales efectos negativos en el horizonte inmediato.
En segundo lugar, incluso la confusión que rodea a las relaciones comerciales entre las empresas parece dar como resultado una mayor actividad de reuniones, ya que los grupos que se ven potencialmente afectados pasan más tiempo tratando de ordenarse, aceptando las implicaciones que esto conlleva y adoptando las estrategias requeridas para lidiar con este tipo de situación. Se están reuniendo para entender el panorama.
Más que sucumbir en la apatía y en la inactividad, los actuales desafíos parecen tener más probabilidades de dar lugar a nuevas relaciones de negocio y a nuevas soluciones, lo que permitirá al comercio continuar de una forma distinta a lo habitual. Esto significa que debe prevalecer el compromiso constante y esto se traduce en más actividades del tipo que organizamos en nuestros recintos.
Finalmente, de acuerdo a un número de renombrados economistas que han compartido sus puntos de vista con nosotros a través de los años, la globalización aparenta ser un creciente factor que en gran medida es inmune a las decisiones políticas individuales de varios países. El poder de la expansión global parece ser la principal fuerza motriz en muchas áreas de los negocios, y no ha sido disminuido de forma considerable por ningún evento interno o externo, lo que sugiere que esto continuará en el futuro.
Es posible que nunca lleguemos a un punto en el que seamos inmunes a los impactos de los realineamientos globales, pero nuestra industria ha demostrado que somos ciertamente resilientes en circunstancias adversas. Mientras más negocios internacionales se hagan, es menos probable que nos veamos afectados por anomalías temporales impulsadas por las políticas. Eso es bueno para la economía global, y para nosotros también.