Uno de los requisitos críticos para cualquier industria con pretensiones a largo plazo es el monitoreo constante de las condiciones cambiantes de la misma, y la visualización de cómo estas pueden influir en las oportunidades futuras. Pero eso no es suficiente, pues ello también significa que se debe tener un pensamiento estratégico y una planificación para desarrollar las acciones apropiadas en respuesta.
Este fue el concepto y la realidad detrás del Manifiesto de Construcción Comunitaria Asia-Pacífico (Asia-Pacific Community-Building Manifesto), un documento creado en conjunto con el Foro MICE de Singapur (SMF) celebrado en meses pasados y al que asistió un amplio número de líderes de la Industria de Reuniones y así también gente de otros sectores, cuyas perspectivas contribuyeron a ampliar el pensamiento más allá de nuestros propios muros.
He aquí cómo funcionó: se pidió a los presentadores y asistentes clave de Singapore MICE Forum que llegaran un día antes a inicio del evento, con el fin de participar en una serie de talleres para explorar las preguntas críticas sobre el futuro de la industria y para analizar los resultados y llegar a las recomendaciones del grupo. Las conclusiones para cada área se compartieron entre el grupo en conjunto y se debatieron en un foro abierto, con el «Manifiesto» desarrollándose a lo largo de la conferencia, cortesía de varios editores ahí presentes que generaron el documento, mismo que se presentó en la plenaria final del evento.
La premisa fue radical, posicionando a los eventos de negocios como habilitadores clave para la transición económica, al igual que la declaración de apertura del Manifiesto; “En esta era digital y globalizada, las economías y las empresas crearán valor a través de la interacción de nuevas clases de activos: talentos con múltiples habilidades, datos personalizados, comunidades adyacentes y redes confiables. Para que esta interacción produzca resultados óptimos, los eventos empresariales se han convertido en importantes plataformas habilitadoras”.
Así que ese fue el Cómo. Ahora, al Qué.
Esencialmente, lo que el manifiesto hace es identificar una serie de problemas que los participantes consideran que deben abordarse para garantizar un futuro brillante para el sector, y al mismo tiempo desafía a los líderes y miembros de la industria a responder a estos retos de la manera en que ellos planifican y configuran sus acciones a ejercer en sus respectivas organizaciones en los próximos años. Entre los principales temas y conclusiones relacionadas se encuentran:
Para la gente: las organizaciones necesitan redefinir el concepto de personal en el sentido tradicional, colaborando con individuos en alianzas y aprovechando a los grupos de talentos con habilidades versátiles.
Para la tecnología: como facilitador principal de la construcción de comunidades, permite la creación conjunta de contenido relevante y contribuye a la convergencia.
En relaciones: en un mundo conectado, cualquiera puede crear contenido, por lo que habrá más necesidad de relaciones significativas, confiables y profundas, para permitir la credibilidad y la reputación.
Para destinos: debe tener un enfoque doble en el impacto social y económico de los eventos y definir medidas para la sostenibilidad, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de negocios en lugar de solo KPls (indicadores clave de rendimiento) de turismo.
En ventas: las organizaciones deben ir más allá de las ganancias financieras inmediatas y centrarse en la sostenibilidad de los negocios y en el mérito que esto aporta a la comunidad, lo que significa cambiar los criterios según los cuales se seleccionan y priorizan los objetivos de ventas.
Para modelos de negocios: como la inteligencia artificial reemplaza cada vez más las funciones repetitivas y de proceso, los modelos de negocio serán impulsados por redes, plataformas, comunidades y datos. La velocidad y la agilidad en la adaptación lo serán todo.
En Ecosistemas: los propietarios de contenido ocuparán un lugar más prominente en el centro del ecosistema, mientras que la industria medirá su valor en función del valor de los productos con fondos provenientes de fuentes independientes de los beneficiarios directos.
En cierto sentido, el Manifiesto fue un ejercicio colectivo para hacer lo que muchos de nosotros hemos estado intentando de manera individual durante algún tiempo, pero al aprovechar el poder del grupo y las interacciones que surgieron de eso, pudimos retomarlo y enfocarnos con mayor atención a las acciones que darán forma a nuestro futuro. Nuestro plan a partir de aquí es monitorear los desarrollos en cada una de estas áreas a medida que avanzamos y usar los resultados para demostrar el progreso o realizar los ajustes necesarios en nuestras suposiciones. En cualquier caso, nos ha dado una posición inicial y una plataforma para avanzar.
En su llamado final a la acción, el Manifiesto dice: «Quedarse quieto es más bien un retroceso: el aumento de la conciencia de las fuerzas en el trabajo que dan forma al futuro de nuestra industria permitirá el cambio, e instamos a todas las comunidades involucradas en la Industria de Reuniones a que tomen buena nota de los factores que se han destacado en este manifiesto, y adopten medidas para impulsar cambios que nos preparen para el mañana”.
Agradecemos a los organizadores de SMF y a los participantes del Manifiesto, y esperamos que todos se unan en un esfuerzo continuo para abordar las áreas que se han destacado.