Con el objetivo de observar y revisar los avances en las condiciones aéreas de México para poder recuperar la Categoría 1 en la aeronáutica comercial del país, infortunadamente fue realizada nuevamente otra visita más por parte de un grupo de inspectores de la Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos para saber si habría algún tipo de avance en estas, pero todo ha sido infructuoso.
El gobierno mexicano no ha hecho nada para corregir estas deficiencias, y según la apreciación de la FAA, continúan dándose la negativa del gobierno mexicano en la falta de cumplimientos de los mínimos estándares internacionales de seguridad en diferentes áreas. Esto luego que en mayo del año pasado, retirara la Categoría 1 a la aviación mexicana.
Con lo que dicha degradación a Categoría 2 conllevará a que las aerolíneas mexicanas en el futuro, no podrán abrir nuevas rutas a Estados Unidos ni participar en operaciones de código compartido con empresas estadounidenses. Exactamente cuando se comienza a ver una importante recuperación del turismo luego de la pandemia en 2020.
Pues aún y cuando aerolíneas como Aeromexico y Volaris mantengan sus rutas ya existentes y digan que “no tendrán afectaciones”, se espera que ambas empresas perderán flexibilidad de operación al cerrárseles la opción de aliarse con sus pares estadounidenses como Delta y Frontier, respectivamente. Toda vez que Estados Unidos es el principal mercado exterior para las dos compañías.
De esta forma, destacando como: “acciones insuficientes por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC)”, la FAA no ha apreciado ningún cambio que les permita evaluar abrir nuevas rutas hacia Estados Unidos. Toda vez que el tema referente a los salarios de controladores y acuerdos administrativos entre la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, no ha ocurrido nada.
¿IASA?
Y es que la FAA desarrolla auditorías constantes a todos aquellos países que mantienen conexiones aéreas con Estados Unidos y desde 1992, ha integrado el programa International Aviation Safety Assessment (IASA), el cual determina si las autoridades aeroportuarias cumplen con los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional. Centrando dicha auditoría únicamente en las agencias de supervisión aeronáutica, y no así en las aerolíneas o aeropuertos, dividiendo así a los países en categoría 1 y 2.
Asimismo, dentro de esta última evaluación, tampoco se encontraron cambios en lo que a la realización de exámenes médicos realizados a pilotos y tripulaciones se refiere. Por lo que el regreso a la Categoría 1 llevará en un periodo más largo de tiempo del esperado, luego de la inacción del gobierno y el coincidente inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles y del que cuesta más caro su mantenimiento que el retorno de inversión.
Consecuencias
A un año del descenso a Categoría 2 por parte de Federal Aviation Administration (FAA), expertos en el tema han destacado que las líneas aéreas han tenido registros negativos cercanos a la pérdida del millón de asientos, esto luego de las operaciones de las nuevas rutas que ya operan las aerolíneas estadounidenses, y donde las compañías mexicanas poco o nada tienen para competir.
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