El cambio climático = turbulencias, al menos así lo han destacado expertos en meteorología y aeronáutica, esto luego de haberse registrado una de las turbulencias más fuertes en la aeronáutica comercial, que dejara un pasajero sin vida y otras tantas más lesionadas en el vuelo de Singapore Airlines, este hecho expuso ante las autoridades aeroespaciales los riesgos de subestimar las condiciones climatológicas para viajar.
A este respecto, especialistas subrayan los importantes riesgos que las turbulencias en vuelo suponen para la seguridad para todos los pasajeros y tripulantes. Pues pese a que las muertes por turbulencias en vuelo son muy raras, las lesiones por este efecto han ido en aumento en algunas rutas y países.
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Ligadas cada vez más con los efectos del cambio climático, meteorólogos y expertos en aviación señalan que dicho cambio podría alterar las condiciones de vuelo, por lo que estos incidentes “naturales” resultan de poca importancia para las autoridades. No así para las aerolíneas quienes ya han desarrollado mejoras para reducir los efectos de estos incidentes, como la creación de materiales más fuertes en su fuselaje, capaz soportar casi cualquier turbulencia en la cabina, como los compartimentos superiores dentro del avión. Donde la mejor medida de seguridad para los pasajeros desafortunadamente se circunscribe únicamente a llevar abrochado el cinturón de seguridad en todo momento.
Pilotos y turbulencias
Por su parte los pilotos se apoyan de diferentes instrumentos para evitar las turbulencias, como lo es el radar meteorológico, donde en ocasiones pueden ver las tormentas y esquivarlas. Pero para pilotos experimentados y consultores de seguridad, este efecto es súbito ya que describen: “el momento previo al incidente puede ser muy tranquilo, y toma a todos de forma desprevenida”.
En cuanto a la torre de control, los mismos controladores de vuelo advierten a los pilotos cuando otro avión es alcanzado por una turbulencia en cielo despejado, y aunque en ocasiones capitanes de vuelo observan también las corrientes de chorro (flujo de aire fuerte e intenso vertical y horizontal) de nivel superior a lo largo de su trayecto, buscan de igual forma señales de un cambio brusco en la dirección o la velocidad del viento, para así desarrollar en el momento, un nuevo plan para volar por encima, debajo o alrededor de esas zonas de riesgo, destacan.
Cambio climático = turbulencia
Por otra parte, y en lo concerniente a los efectos climáticos que el planeta está experimentando, científicos señalan que son cada vez más recurrentes los informes sobre fuertes turbulencias. Por lo que varios investigadores han expuesto que ello se trata de los efectos del clima que le estamos generando.
Sobre esto, la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, ha dado a conocer que el cambio climático podría ser un efecto que contribuya en la alteración de la corriente en chorro o aumentar la cizalladura del viento, lo que en consecuencia, incrementaría la presencia de turbulencias.
Asimismo, especialistas en ciencias atmosféricas de la Universidad de Reading, Inglaterra, han destacado que “existen pruebas sólidas de que las turbulencias va en aumento debido al cambio climático”. Pues se ha confirmado recientemente que las turbulencias en cielos despejados sobre el Atlántico Norte han aumentado un 55 % desde 1979.
En tanto en las proyecciones más recientes, las turbulencias graves en las corrientes en chorro podrían duplicarse o triplicarse en las próximas décadas si las condiciones globales siguen los patrones previstos, explicaron.
Contrario a ello, pero relacionado con este efecto, se ha señalado asimismo que ello podría tener como consecuencia el incremento en el tráfico aéreo en general, lo cual podría aumentar los encuentros con turbulencias a medida que surgen más pistas, incluidas aquellas situadas en zonas de mayor turbulencia.
De modo que si bien hoy esperamos nuevas tecnologías o estudios que puedan ayudar como pasajeros y tripulación a evitar o disminuir los efectos de estos meteoros, la respuesta es simple, tener un poco de educación y conciencia para las y los sobre cargos y pilotos, al momento de brindarnos las indicaciones de seguridad y sobre todo a hacer caso cuando nos digan que debemos permanecer con los cinturones abrochados.