Para el cierre de 2020, la Industria de Reuniones de México habrá perdido más de 600 mil millones de pesos; un 58.01% de su ingreso promedio en comparación al año anterior. Así lo comunicó el presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR), Jaime Salazar.
En conferencia de prensa virtual, Salazar Figueroa destacó que la crisis financiera producto de la contingencia sanitaría por COVID-19, resultó en la pérdida de 467 mil puestos de trabajo; en donde 115 mil fueron temporales y 311 mil empleos se esfumaron de forma permanente. Estas cifras se traducen en la pérdida del 21.1% de las plazas laborales fijas para el sector.
Asimismo, tal caída en la derrama económica de este sector reduce su participación el PIB nacional por un 18.23%.
Con respecto a la catástrofe monetaria en el rubro de las reuniones, el presidente del COMIR se lo atribuye a la escasez de eventos, a las restricciones de viajes y también al mal manejo de la pandemia por parte de las autoridades mexicanas; una mala administración que ni siquiera tiene un plan logístico para implementar la vacunación a nivel nacional.
Y en el sentido de una recuperación de la industria, de acuerdo con Jaime Salazar, esta no comenzará a darse sino hasta abril del año entrante, salvo el rubro de congresos que regresará durante junio de 2021. Sin embargo, las afectaciones de la crisis de coronavirus se sentirán en este sector hasta el 2022; teniendo su punto más álgido dentro de un año, en diciembre de 2021.
Por otra parte, indicó también que la Industria de Reuniones continuará abogando por la aplicación de la tasa 0 o la eliminación del IVA en las actividades propias del sector; tal y como sucede en Estados Unidos y Canadá, en donde los gobiernos ya reconocen la importancia de esta industria como eje estratégico para el desarrollo económico.
Igualmente añadió que, el sector no será capaz de regresar a los niveles previos a la pandemia, si la presente administración continúa generando incertidumbre en esta materia; dado que la imagen proyectada al exterior de México refleja un mal manejo de la crisis sanitaria.
Sobre el tema de la reactivación paulatina de los eventos en el país, Jaime Salazar refirió que, en efecto, cada entidad federativa determina las restricciones que son acordes a su propia apertura y nivel de riesgo, por lo que la situación de un solo estado (Nuevo León tiene 50% de capacidad para hacer eventos, versus el 30% en otros destinos) no repercutirá en el tablero nacional de la Industria de Reuniones en el corto plazo, en términos de pérdidas económicas.
No obstante, la falta de la presencia internacional en los eventos mexicanos sí impacta entre un 7.5 y un 8% en el total de los ingresos. Por tanto, estas ganancias que no regresarán sino hasta el 2022, sí harán mucha falta para la compensación de toda la pérdida acumulada hasta la fecha.